La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se ha quedado sin candidato a las elecciones europeas. El controvertido Maximilian Krah ha presentado su dimisión después que el partido le prohibiese aparecer en actos de campaña por las revelaciones periodísticas sobre el presunto cobro de sobornos desde Rusia o de actuar al servicio de China, que se sumaron a la polvareda que levantaron sus incendiarias declaraciones “blanqueando“ a las SS hitlerianas. Por encima de todo ello estaba el temor de la cúpula del partido a que a su aislamiento por el resto de la clase política alemana se sume el de otros partidos ultraderechistas europeos, como el Rassemblement National de la francesa Marine Le Pen, que junto con el partido del italiano Matteo Salvini habían anunciado este miércoles que rompían relaciones con AfD.
La decisión de invisibilizar a Krah la adoptó la cúpula del partido ultraderechista en una reunión de crisis convocada este miércoles para hacer frente a la situación creada. Mientras los medios de referencia alemana se hacían eco de la prohibición a Krah, el propio aludido anunciaba a través de su cuenta en X que renunciará a participar en actos electorales y también a su puesto en la cúpula de su partido.
Una decisión inviable
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Su eliminación como candidato no es viable, porque implicaría la invalidación de la lista. La AfD había vetado ya a Krah para el acto de arranque de la campaña electoral. Posteriormente, su cabeza de lista sí acudió a otros mítines, donde fue aclamado por sus fieles. Una entrevista reciente al diario italiano ‘La Repubblica’, donde aseguró que no todos los miembros de las SS fueron criminales, ha sido el penúltimo escándalo protagonizado por Krah.
“En las SS nazis hubo por supuesto un alto porcentaje de criminales, pero no todos los fueron”, dijo. Las SS o “escuadras de defensa“ estaban formadas por una especie de “élite racial“, en cuyas competencias entraba la resolución, coordinación y dirección de la llamada “solución final“ o exterminio de los judíos.
El cúmulo de escándalos protagonizados en las últimas semanas por Krah y su segundo en la lista, Bystron, incluida la detención de un presunto espía chino que trabajaba para el eurodiputado, ha precipitado la decisión del partido de Le Pen de aislarlo. En una entrevista a un medio francés, el líder de Rassemblement, Jordan Bardella, anunció que no integrarán el mismo grupo en la Eurocámara que AfD. Hasta ahora, ambos partidos han formado parte del llamado Identidad y Democracia (ID), en el que también el Partido de la Libertad del neerlandés Geert Wilders, los ultraderechistas austríacos del FPÖ y la Lega Italiana.
Líneas rojas
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“Creo que la AfD ha traspasado muchas líneas que para nosotros son líneas rojas”, afirmó Bardella. La configuración del futuro grupo quedará establecida tras las elecciones del próximo 9 de junio. Las tensiones entre la ultraderecha alemana y la francesa empezaron a dispararse a raíz de la implicación de la AfD en la reunión con neonazis e identitarios en Potsdam, ciudad vecina a Berlín, donde se abordó la expulsión de millones de ciudadanos de origen extranjero.
El creciente radicalismo del partido alemán, bajo observación de los servicios secretos por su extremismo, asusta a Le Pen, determinada a moderar su perfil para apuntalar sus aspiraciones a alcanzar la presidencia de su país. Su modelo no es la alemana Alice Weidel, la presidenta de AfD, sino más bien la italiana Giorgia Meloni..
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La AfD mantiene su segundo puesto en intención de voto a escala alemana, aunque las múltiples controversias en que se ha visto envuelto han hecho mella en su potencial electoral. Mantiene su segunda posición en los sondeos, por detrás del bloque conservador, pero ha caído del 22 % que se le atribuía en marzo a un 17 %, con tendencia a la baja y empatado con los socialdemócratas de Olaf Scholz.