Bajo el intenso brillo blanco de un anillo de luz, Blanca Garibay se queda quieta mientras una maquilladora le aplica base en las mejillas, mientras el soul y el R&B inundan la sala abarrotada.
La mayoría de los días, Garibay trabaja como peón en los campos de moras de Watsonville, como lo ha hecho durante 25 años. Pero hoy, ella se encuentra entre decenas de trabajadores agrícolas que son mimados en la trastienda de una capilla convertida en salón.
Este año se celebra el segundo Glam Squad anual, donde docenas de profesionales de la belleza se reúnen de todo California para invitar a los trabajadores agrícolas a realizar cambios de imagen. Dicen que el ejercicio es más que superficial: sirve como un raro momento de descanso para quienes trabajan para ayudar a alimentar a la nación.
“Me encantó. Para mí es casi mágico”, dijo Garibay en español luego de completar su cambio de imagen. “El campesino no era valorado como cualquier otro trabajador y ahora me encanta que estén valorando nuestro trabajo, porque realmente es duro”.
El Glam Squad comenzó en la Conferencia y Retiro de la Caravana de Trabajadores Agrícolas del año pasado, que reúne a trabajadores agrícolas y proveedores de servicios para descansar y compartir recursos. Darlene Tenes, quien dirige el retiro, ayudó a pensar en la idea como una forma de tratar a los trabajadores agrícolas que asistieron a la conferencia.
Entonces ella y su equipo publicaron un llamado a voluntarios, y docenas de profesionales de la belleza de todo el estado atendieron el llamado: peinaron, maquillaron y tomaron fotografías de las mujeres.
Quincy González, un maquillador de Sacramento, fue uno de esos voluntarios. Dijo que el año pasado un cliente rompió a llorar después de verse en el espejo. “Ella dijo: ‘Nunca me había sentido tan hermosa en mi vida'”, dijo. “Fue en ese momento donde me di cuenta de que el maquillaje puede ser algo que permite a alguien verse a sí mismo bajo una luz diferente”.
La experiencia inspiró a González a regresar y ayudar a organizar el evento de este año en San Juan Bautista, junto con otra voluntaria anterior, Madge McCulloch, con sede en Oakland.
Juntos, reunieron a profesionales de la belleza desde Los Ángeles hasta Sacramento: maquilladores, barberos, especialistas en el cuidado de la piel, estilistas, estilistas de ropa, un masajista y fotógrafos. También encontraron empresas que donaban ropa, maquillaje, productos para el cuidado del cabello y de la piel para entregárselos a los trabajadores agrícolas para que pudieran disfrutar del cuidado personal después del retiro.
Para McCulloch, el evento va más allá de lo que las organizaciones sin fines de lucro suelen ofrecer a sus clientes. “A menudo es lo mínimo indispensable: lo que obtienes es refugio, comida y ropa”, dijo McCulloch. “Pero ofrecer sesiones de mimos, darles a las personas el regalo de la relajación, no hay nada que me guste más que brindarles eso a las personas”.
Según el Departamento de Desarrollo del Empleo de California, un trabajador agrícola promedio gana $42,753 cada año, lo que se considera “ingresos extremadamente bajos” para una familia de cuatro que vive en los condados de Santa Clara y Santa Cruz.
Esto significa que muchas de las mujeres a las que Glam Squad mima están más preocupadas por pagar la comida y el alquiler, y la oportunidad de darse un capricho es un regalo poco común, dijo Tenes.
“Es muy caro realizar servicios de belleza. Simplemente no es un lujo que puedan permitirse”, afirmó. “Y qué mujer no quiere que la mimen, ¿verdad?”
María Catalán, por ejemplo, ciertamente lo hace. Ha trabajado durante 37 años como trabajadora agrícola y actualmente es propietaria de una pequeña granja orgánica cerca de Hollister. El año pasado fue la primera vez que se maquilló y este año sonríe y ríe mientras sus párpados brillan en oro. Trabajar en el campo es tan digno como ser médico, dijo, pero el estrés del trabajo, los hijos y la vida matrimonial a menudo tienen prioridad sobre su tiempo para ella misma. Así que hoy disfruta de la oportunidad de dejar finalmente que otros la cuiden.
“Nunca tenemos dinero ni tiempo para hacer algo bueno por nosotras mismas como mujeres y como personas”, dijo en español. “Es algo fenomenal sentirse bella al menos una vez al año”.
