La falta de renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) preocupa. Al menos en el mundo judicial, donde son constantes los actos organizados para abordar el problema que supone que el mandato del actual órgano de los jueces lleve cinco años caducado. El presidente del Consejo, Vicente Guilarte, ha admitido este martes, en el coloquio organizado por Más Democracia en el Ateneo de Madrid, que pecó “de soberbio y de sincero” con su propuesta para renovar a los vocales, porque los partidos nunca renunciarán a “su cuota de poder“.
“De soberbio, porque pensé que cuando accedí al cargo de presidente, pensé que mi única función era propiciar la renovación del CGPJ, que mi opinión podía tener algún peso, pero no ha tenido eco público. Y seré sincero. Yo tenía mi vida organizada. Estoy en la última fase de mi vida profesional. Estoy aquí por mayor”, explicó Guilarte en referencia a por qué terminó presidiendo el órgano de gobierno de los jueces tras la jubilación de Rafael Mozo, que sustituyó a Carlos Lesmes, que dimitió en vano para tratar de forzar la renovación.
Su propuesta pasa por limitar los nombramientos discrecionales de la cúpula judicial que corresponden al Consejo, entregando esa designación a los pares de los que resultarían electos, como ocurre actualmente con los jueces decanos de cada tribunal. Así los presidentes de las Audiencias Provinciales, de los TSJ y del Tribunal Supremo, así como de sus Salas, los elijan los miembros de esas sedes judiciales.
“Hay problemas para que mi propuesta o una parecida tenga éxito. Estamos en manos de la política y evidentemente quiere captar su cuota de poder en el ámbito del poder judicial. Cualquier fórmula que busque evitar ese problema, como objetivar nombramientos tendrá dificultades, porque la forma en que se está negociando la renovación del CGPJ está en manos de la política“, lamentó Guilarte, que ve difícil que triunfe “cualquier solución que no pase por el mantenimiento de mantener su cuota en el funcionamiento”.
A continuación se refirió a que no se trata solo de “buscar 10 nombres y 10 nombres y que con criterio político elijan después 120 cargos judiciales”, que son las vacantes que no se han cubierto desde que el Gobierno cambió la ley para forzar al PP a llegar a un acuerdo para renovar el Consejo.
Tras Guilarte intervinieron representantes de las principales asociaciones judiciales y, en concreto, Foro Judicial Independiente y Francisco de Vitoria, ninguna de las dos cuenta con un número de vocales equiparable a su número de afiliados. Todas menos Jueces y Juezas para la Democracia consideran que constatado el fracaso del sistema de elección de los vocales de extracción judicial deben ser elegidos por los propios jueces. El sistema actual prevé su elección por las Cortes por mayoría de tres quintos, lo que obliga a alcanzar un acuerdo entre PP y PSOE.
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Al acto también asistió la exvocal Concepción Sáez, que discrepó de Guilarte a la hora de culpabilizar a ambos partidos de la falta de renovación, porque a su juicio el que se ha negado ha sido el PP desde que su entonces portavoz en el Senado, Ignacio Cosidó, mandó un whatsapp sobre la persona que en 2018 se había padado para presidir el Consejo, el presidente de la Sala Segunda del Supremo, Manuel Marchena, que hizo pública su renuncia a la distinción. La vocal que dimitió ante la falta de renovación defiende la elección de los vocales por mayoría absoluta, algo que el propio Guilarte calificó de equiparable a las leyes franquistas.