El Oporto privó al Sporting de Portugal de conseguir el ‘doblete’ venciendo en la final de la Copa de Portugal por 2-1, un partido que tuvo polémica, expulsiones y que acabó decidiéndose con un penalti en la prórroga. Se trata del primer título de la ‘era’ Villas-Boas y Zubizarreta, nuevo presidente y director deportivo del club portuense.
El Sporting de Portugal abrió la lata en el marcador con el gol de St. Juste en el minuto 19 tras un córner servido por Pedro Gonçalves, que encontró en el segundo palo a su compañero y este la ajustó al palo de Costa, que poco pudo hacer para evitar el primer tanto de la tarde (0-1).
El Oporto se puso manos a la obra y replicó de la mejor posible. Ni 5 minutos habían pasado que Evanilson, tras un error garrafal de la defensa de los ‘Leoes’, pescó un balón muerto en el punto de penalti y la puso en las mallas de Pinto Diogo, que había quedado completamente vendido (1-1).
En el 29′ vino una de las grandes polémicas del encuentro. St Juste pasó de héroe a villano y se fue expulsado tras derribar a Galeno, que se iba solo a encarar la portería rival como último hombre. En un primer momento, el árbitro decretó también penalti en la acción, pero el VAR impartió justicia y la acción se quedó en falta directa. Jugadores al descanso tras unos primeros 45 minutos de infarto.
El paso por los vestuarios no alteró el guion del partido, y ambos equipos salieron con todo a por un gol tempranero. Gyokeres, el gran fenómeno de Sporting de Portugal esta temporada, vivía un partido discreto, sin demasiada incidencia en el juego de su equipo. En la otra área Varela fallaba una clara para desesperación de su entrenador. Se resistía el tercer tanto del partido. El partido estaba destinado a ir a la prórroga y así fue.
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A los seis minutos del tiempo extra Pinto Diogo quiso emular a ‘superman’ y se llevó por delante a Pepe dentro del área, provocando un penalti claro. Taremi no perdonó y fusiló la portería para poner a los suyos por delante en el minuto 102 (2-1). Nada pudieron hacer los verdiblancos para evitar la derrota ante un Oporto que fue superior. Victoria por la mínima y justa.