Hansi Flick, a sus 59 años, es uno de los entrenadores que está en cartera para dirigir al Barça la próxima temporada. El alemán y Rafa Márquez son los principales candidatos para relevar a Xavi Hernández en caso de que la próxima semana se confirme su destitución.
Flick causó un gran impacto en las dos temporadas en que estuvo en el Bayern de Múnich. Ganó el sextete después de arrancar en noviembre del 2019 en sustitución de Niko Kovac. Llegó como interino, pero gustó tanto que un mes más tarde se confirmó su permanencia y renovó pronto hasta el 2023.
En su primera temporada (2019-20) consiguió los seis títulos posibles con la Champions League como logro principal y fue el técnico que dirigió al Bayern en el humillante 8-2 endosado al FC Barcelona.
Pese a su éxito, en abril del 2021 anunció su marcha tras ganar la Bundesliga. En mayo ya fue nombrado como seleccionador alemán en sustitución de Joachim Löw. Con Alemania dejó buenas sensaciones, pero malos resultados, con la pronta eliminación en el Mundial de Qatar 2022 y la puntilla fue la derrota en un amistoso ante Japón por 1-4.
En cualquier caso, durante su etapa de entrenador dejó huella por una forma de trabajar que encajaría con la filosofía de un grande como es el FC Barcelona.
Muy buen gestor de vestuario
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Fue capaz de unir a jóvenes como Musiala, al que hizo debutar con 17 años, con veteranos como Müller o Neuer sin problemas. Le gusta apostar por la cantera y tiene experiencia en el fútbol base.
Trabajó como responsable de las inferiores de la Federación de Alemania desde el 2006 al 2014. Un cargo que compaginó con el de asistente de Joachim Löw, con quien ganó el Mundial de Brasil 2014. A partir de aquel año pasó a ser el director deportivo de la selección hasta que en 2019 se marchó al Bayern de Múnich.
’Feeling’ con los futbolistas
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Hansi Flick siempre fue una persona importante para los jugadores del Bayern. Se ganaba su confianza hasta el punto de compartir confidencias personales. El aprecio era mutuo y el clima de trabajo excepcional. Eso no quiere decir que fuera un técnico blando ya que, cuando era necesario, alzaba la voz. Una autoridad que se ganó gracias a la buena relación con sus futbolistas.
Un ejemplo de su conexión con los jugadores se vio cuando Thiago Alcántara fue traspasado al Liverpool por 30 millones de euros. No hubo ni un solo reproche. Al contrario. Flick habló maravillas del internacional español: “Thiago es un extraordinario jugador y fue muy importante para nosotros. Mi equipo de trabajo disfrutó mucho trabajando con él”. Flick añadió que “fue muy emocionante cómo nos dijo adiós Solo puedo felicitar al Liverpool porque fichan a un gran jugador y, sobre todo, a una gran persona”.
Confianza con los dirigentes
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Karl-Heinz Rummenigge, ex director general del Bayern, quedó encantado con Flick como se comprobó tras ganar el partido de ida de los octavos de final de la Champions contra el Chelsea.
Hansi Flick recibió un bolígrafo de Montblanc del dirigente por su 55 cumpleaños en Londres. Rummenigge se lo entregó con un envoltorio rojo diciéndole: “Es un bolígrafo. Y a veces se firman papeles con bolígrafo en el FC Bayern“. Hasta entonces, Hansi solo era entrenador interino del Bayern. Fue la cercana manera de prorrogarle el contrato.
Huye del protagonismo
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Hansi Flick es muy modesto. Para él, el equipo es lo más importante. Karl-Heinz Rummenigge siempre valoró su actitud, como declaró tras el triunfo en la Champions en 2020 en Lisboa: “Este entrenador desempeña un papel absolutamente clave, y siempre es modesto al respecto. Después de nuestra victoria en la final, yo estaba de nuevo fuera del escenario y casi no le encontré. Hay muchos que se ponen al sol sin hacer gran cosa para que haga buen tiempo. Hansi deja que brille el sol y luego prefiere quedarse a la sombra“.
Cuida el entorno de los jugadores
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La familia es muy importante para Hansi Flick. Sus jugadores también lo sienten. En el campo de entrenamiento, durante la cuarentena del FC Bayern en Grassau (durante el Covid-19), permitió que las esposas y los hijos de los jugadores les pudieran acompañar.
Buen trato con los medios
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Hansi Flick igualmente ha sido siempre muy amable con los periodistas. Los medios alemanes lo consideran como un señor por su manera de expresarse y la corrección en sus declaraciones, incluso en los malos momentos.
Aunque no domine el español, el idioma no debe ser un handicap y Flick se pondría pronto las pilas para hablarlo. Además, tendría la ayuda de Robert Lewandowski, al que entrenó, y quizá de Joshua Kimmich, en caso de que acete la propuesta del Barça.
Carácter
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Ser un buen gestor de grupos no quiere decir que siempre fuera una persona dócil. Cuando era necesario dar un toque de atención, lo hacía. No le importaba que su disgusto fuera dirigido a un jugador o al director deportivo, Brazzo Salihamidzic.
Tras una victoria por 2-1 ante la Lazio, el entrenador del Bayern, Hansi Flick anunció sorprendentemente que antes del partido había mantenido una conversación para reconciliarse con Salihamidzic. El motivo fue una disputa entre los dos responsables deportivos en el autobús del equipo que acabó siendo muy acalorada.
Según informó BILD, Flick y Salihamidzic se enzarzaron por los fichajes. Al técnico no le convencían las incorporaciones del bosnio y el ex futbolista consideraba que sus refuerzos debían jugar más. Todo acabó con un rotundo “¡Ahora cállate!” del técnico a Salihamidzic. Esta tensión se solucionó días después.
Broncas bien entendidas
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Los jugadores sabían que Hansi Flick les iba a proteger, pero que no le podían fallar. Los internacionales de Alemania acataron una gran bronca que se hizo viral en el descanso del partido ante Costa Rica en el que la selección acabó eliminada de Qatar 2022.
El equipo debía golear, pero al descanso llegó con un mísero 1-0 y el 4-2 final los dejó fuera de la Copa del Mundo.
En el vídeo se aprecia a un Flick enfurecido reprochando que “les estamos haciendo fuertes con cada error, ¡están ciegos!. No hemos hecho nada de nada de lo hablado antes del partido. Estamos arruinando nuestro juego desde el principio. Si seguimos así nos vamos a casa. Esto no puede ser verdad. ¡Eso realmente no puede ser cierto!
Entonces, Flick recordó su discurso de la previa: “Bien chicos, ¿Qué dijimos? ¿Qué necesitamos en el campo? Hay que dar amplitud al campo. ¿Qué hay aquí? Nada de nada. Se lo estamos poniendo muy fácil para defender el balón. No tenemos profundidad. Esto no puede ser así. Hay que mover bien el balón, de un lado a otro. Pasando la pelota con confianza. Estáis fuera del partido y estamos jugando una Copa del Mundo. Tenemos que seguir presionando, estamos lentos”.
También tiró del lado emocional para afirmar que “todo el mundo daría lo que tiene por lo que podéis luchar. Y si alguien no puede, que levante la mano. Tenemos suplentes de sobras ¿entendido? Podríamos estar con dos o tres goles de ventaja. Podíamos haber sentenciado ya, tenemos que demostrar nuestro juego. Depende de vosotros, de mostrar vuestro carácter, ¿De acuerdo?”.
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La bronca causó un efecto sorprendente. Los jugadores y miembros del staff empezaron a aplaudir todos entendían que debían hacer caso a su coach para intentar la hazaña de superar el gol average con España. Al final no pudo ser, pero su relación con los futbolistas quedó reforzada.