La micosis fungoide es un tipo de linfoma cutáneo de células T, una enfermedad oncológica rara que afecta a la piel y cuyos síntomas pueden ser confundidos con otras patologías cutáneas leves.
Este cáncer representa aproximadamente el 65% de todos los casos de linfomas cutáneos de células T.
- En nuestro país lo sufren entre 2 y 3 personas por cada 100.000 habitantes.
- Una de sus peculiaridades es que es afecta más a hombres en edad adulta, en concreto, se calcula que lo sufre 2 hombres por cada mujer y la edad media del diagnóstico es de 58,6 años.
Es precisamente la baja incidencia de la micosis fungoide lo que convierte su tratamiento en un gran desafío, ya que limita la disponibilidad de información y experiencia y lo que lleva a incluirla dentro de las enfermedades oncológicas raras.
Este tipo de linfoma cutáneo de células T afecta principalmente a la piel en sus etapas iniciales, lo que hace que sea conocido como un cáncer de la piel, pero como asegura el doctor Pablo Ortiz Catedrático de dermatología de la UCM y jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre, los problemas son múltiples:
- “Desde la dificultad de manejarse con una enfermedad que afecta a la piel visible
- Pasando por síntomas como picores que pueden ser devastadores
- Hasta la posibilidad de que la enfermedad progrese, llegando a comprometer la vida del paciente”.
Síntomas cutáneos muy inespecíficos
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Los síntomas de la micosis fungoide dependen del estadio de la enfermedad. Y como explica la doctora Cristina Muniesa, Dermatóloga del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona) y coordinadora del Grupo Español de Linfomas Cutáneos de la Academia Española de Dermatología y Veneorología, todos ellos pueden confundirse con otras afecciones dermatológicas como “eccemas, tiñas, psoriasis, etc”,
- En sus primeras etapas aparecen erupciones en la piel, picores y descamación.
Según avanza la enfermedad, estos síntomas se van agravando y comienzan a aparecer
- Engrosamientos en la piel
- Enrojecimiento
- Úlceras y tumores con forma de seta que le dan el nombre a esta patología.
Por todo ello, la doctora Muniesa señala que “el diagnóstico diferencial suele ser amplio y el dermatólogo debe pensar en la micosis fungoide. Por este motivo, uno de los principales problemas a los que se enfrenta el paciente es el retraso diagnóstico de la enfermedad con la incertidumbre y la angustia que ello supone”.
Y es que no tratar la micosis fungoide a tiempo aumenta el riesgo de que el linfoma avance a estadios más avanzados y pueda diseminarse a otras partes del cuerpo afectando a “ganglios linfáticos, sangre o vísceras y puede acabar con la vida del paciente” asegura el doctor Ortiz.
Los síntomas invisibles de la micosis fungoide
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A estos síntomas visibles hay que añadir otros que no se aprecian a simple vista, como:
- La depresión
- Los trastornos del sueño (debido al picor)
- La fatiga, que además se experimentan de manera crónica, progresiva y debilitante, lo que afecta a su calidad de vida diaria.
Y es que los pacientes con micosis fungoide además de padecer un cáncer raro, sufren momentos traumáticos puesto que como dice la doctora Muniesa “son tumores en la piel, y por tanto visibles, lo que conlleva un estigma para el paciente y por lo tanto a menudo se acompañan también de una disminución de su vida social”.
Diagnóstico temprano para evitar la progresión de la micosis fungoide
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Todo ello hace que el diagnóstico temprano sea crucial, ya que en etapas avanzadas este tumor puede diseminarse a otras partes del cuerpo comprometiendo la vida del paciente. A pesar de ello, el diagnóstico llega a demorarse de media unos 36 meses desde la primera consulta, lo que dificulta el un tratamiento precoz que retrase la evolución de la micosis fungoide.
- “Alrededor del 20-25% de los casos pueden progresar a estadios avanzados con lesiones tumorales, con tendencia a la ulceración con el consiguiente riesgo de sobreinfección y dolor” afirma la doctora Muniesa.
¿Cómo se trata este linfoma cutáneo?
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Pues una de las maneras más efectivas de hacerle frente es la quimioterapia.
Los avances clínicos y la investigación han conseguido frenar en gran medida el avance de la enfermedad tal y como confirma la doctora Muniesa, “afortunadamente, recientemente disponemos de una alternativa terapéutica para los pacientes con micosis fungoide, que supone una nueva esperanza para seguir controlando su enfermedad”.
“Ahora a los pacientes se les ofrece una mejora en su calidad de vida, al poder tratarse en su domicilio, evitando molestos desplazamientos a los centros sanitarios.
Por otra parte, con este tipo de tratamiento también se liberan recursos del sistema público de salud, que pueden por ello ser dedicados a otros pacientes y patologías”, asevera el doctor Juan Vila, director general de Recordati Rare Diseases, especializados en enfermedades raras.
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Es fundamental destacar la importancia de la investigación continua y la colaboración entre profesionales de la salud, pacientes, familias y la industria farmacéutica para mejorar la calidad de vida de quienes padecen micosis fungoide y avanzar en el desarrollo de nuevas terapias.