Las altas temperaturas que estamos viviendo este verano hacen que busquemos soluciones a la hora de estar en casa sin pasar mucho calor. Y es que conciliar el sueño no siempre es fácil.
Sin embargo, la sumida en el coste de los suministros como la luz, hace que muchas familias tengan que pensarse dos veces si poner o no el aire acondicionado.
Y es que hay trucos que nos ayudan a ahorrar dinero sin tener que renunciar de estar fresquitos en casa y no sufrir las altas temperaturas. El principal truco que debemos tener en cuenta es la temperatura recomendada del aire acondicionado.
Según un estudio del IDAE (Instituto para la Diversificación del Ahorro y la Energía), la temperatura de confort en un ambiente cerrado y con una actividad “pasiva”, es decir, cuando estamos en casa, se sitúa en verano entre los 23°C y los 25°C.
Si bajamos de estos 23 grados, el aire estará más reseco y además se incrementará innecesariamente el consumo energético, y con ello el gasto a final de mes. De hecho, los cálculos generales para el coste energético para cada grado que bajamos la temperatura con respecto al valor óptimo puede suponer entre un 5% y un 7% de incremento en el consumo de electricidad en nuestros equipos.
[–>
Si por ahorrar bajamos el aire acondicionado y la temperatura sube por encima de esos 25 grados ideales, entonces se incrementará la sensación de bochorno, también la incomodidad y las dificultades para conciliar el sueño por las noches.
[–>