La fiebre del Nilo Occidental, el dengue, el ‘chikungunya’, la criptosporidiosis (una diarrea causada por un parásito intestinal), la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo… han dejado de ser nombres de dolencias exóticas. Los expertos llevan tiempo advirtiéndolo. España se enfrenta a un nuevo escenario de salud pública y hay que estar vigilantes. La subida de los termómetros (con sucesivas olas de calor), los cambios en el patrón de lluvias y sequía o el aumento del nivel del mar… influyen en las enfermedades infecciosas, no solamente desde el punto de vista de los virus o las bacterias que las producen, sino de los vectores que las transmiten: los mosquitos, las garrapatas, etc. y los reservorios animales que, a veces, es donde están los virus o las bacterias acantonados y que están cambiando su territorio.
Lo contaba a comienzos de verano a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, el doctor Antoni Trilla, uno de los epidemiólogos más reputados de España. Jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic y catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Barcelona, semanas después, este diario contacta nuevamente con el especialista que hace un paréntesis en su descanso estival para valorar situaciones que se están viviendo estos días en localidades sevillanas como Coria del Río y La Puebla del Río. En Andalucía, el virus ya se ha llevado a tres personas en lo que va de verano. Además, la Consejería de Salud y Consumo confirmó 10 nuevos casos en el último estudio reciente.
“Es relevante la evolución de la situación de la enfermedad producida por el virus del Nilo Occidental (VNO) en Andalucía, en este caso, transmitida por mosquitos”, comienza señalando el experto quien, además, recuerda que “en las últimas semanas se han registrado en España dos nuevos casos de fiebre hemorrágica del Congo-Crimea (FHCC), producida por la picadura de garrapatas, uno con desenlace fatal y otro, afortunadamente, con buena evolución”.
Extensión paulatina
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Ambas situaciones, explica, “nos indican que ambos virus (FHCC y VNO) están más o menos asentados en algunas zonas geográficas donde existen también necesariamente, y quizás se extienden paulatinamente, los vectores (los “vehículos”) que transmiten la enfermedad“.
Los profesionales sanitarios ya consideran estos diagnósticos como una posibilidad dentro de las enfermedades infecciosas autóctonas
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Aunque el número de casos graves es muy bajo con respecto al total (muchos sin síntomas y que evolucionan favorablemente sin tratamiento), abunda el epidemiólogo, “la detección de estos indica que los profesionales sanitarios ya consideran estos diagnósticos como una posibilidad dentro de las enfermedades infecciosas autóctonas: se piensa en ellos y se actúa en consecuencia. Hay que mantener la vigilancia epidemiológica, tratar de reducir la población de vectores si es posible y minimizar el riesgo de exposición para las personas”, advierte.
Crimea-Congo
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España ha confirmado 15 casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo desde 2013, dos de los cuales se han notificado este año, según informaban hace apenas unos días fuentes de Sanidad a Europa Press. Desde que se registró el primer caso hasta ahora, se han contabilizado un total de seis muertes.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que depende del Ministerio de Sanidad, lanzaba a comienzos de agosto una serie de recomendaciones sobre la precaución frente a la exposición, la actuación y la protección ante garrapatas y sus entornos. El organismo hace especial hincapié en algunas medidas preventivas como el tipo de ropa a usar o el tiempo de exposición, una correcta exploración, actuación y seguimiento ante la sospecha de tener garrapatas en nuestro cuerpo y un uso adecuado de los repelentes, fundamentales para prevenir todo tipo de consecuencias negativas.
Infecciones víricas
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Pero los sustos no terminan ahí. Porque, recuerda el doctor Antoni Trilla, al mismo tiempo se han detectado en Europa (y también en España) casos importados (básicamente de Cuba y Brasil) de otra infección vírica producida por un virus denominado Oropouche, habitual en países de América del Sur.
Este mismo martes, se ha detectado en Canarias el primer caso importado en un varón de 49 años, residente en Gran Canaria, que comenzó a presentar síntomas compatibles con la infección tras regresar de un viaje a Cuba, informa la Consejería de Sanidad. Ante la presencia de síntomas como fiebre, diarreas y dolor articular, fue derivado por su médico al Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil, donde se le tomaron muestras ante la sospecha de ser un caso de este virus. Las muestras fueron enviadas para su análisis al Centro Nacional de Microbiología, que confirmó el positivo, dado que las pruebas realizadas en Canarias para la detección de dengue, zika y chikungunya habían dado negativo.
Es el primer caso en Canarias, pero el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ya ha notificado varios en otras comunidades autónomas como Galicia, Andalucía, País Vasco y Madrid, todos ellos en personas que recientemente habían viajado a España desde Cuba, afirma la Consejería.
El doctor Antoni Trilla. / Semicyuc
En nuestro entorno, no existe el mosquito responsable de su transmisión (‘Culicoides paraensis’), “por lo que es muy poco probable que se produzcan casos autóctonos“, aclara el doctor Trilla. Sin embargo, insiste. Hay que mantener la vigilancia. En mayo, en Barcelona, él mismo exponía ante los médicos de la UCI, reunidos en su congreso anual, casos de infecciones ya conocidas y presentes en otras latitudes.
Importados por viajeros
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Actualmente, la mayoría de los casos que se tratan en Europa son importados por viajeros; pero, advierte el especialista, si se dan las condiciones climáticas, se puede empezar a ver casos autóctonos e incluso epidemias, que serían localizadas y limitadas. ¿Qué significa?. El doctor Trilla responde: “que todas las condiciones climáticas lo que van a hacer es aumentar de alguna manera la posibilidad de que estas infecciones, hasta ahora exóticas, con pocos casos, quizá se vayan instalando con mayor frecuencia“.
Se ha podido ver en Italia con el ‘chikungunya’, transmitido por el mosquito tigre, reseña el especialista. “Lo más importante es conocer estas entidades, pensar en ellas no ya como casos importados, sino como posibles casos autóctonos, y establecer rápidamente el diagnóstico de sospecha y las medidas de prevención pertinentes“, asegura.
Preparar las UCI
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Por eso, los expertos ponen énfasis en que hay que preparar a las UCI o las Urgencias, para que sus profesionales empiecen a sospechar con más rapidez de que pueda tratarse de este tipo de infecciones hasta ahora exóticas. Lo suscribe el doctor Pascual Piñera, y vicepresidente de SEMES (Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias)En la sociedad científica, señala a este diario, están “incidiendo mucho en lo que es patología tropical“, aunque por el momento sean casos aislados, con brotes puntuales.
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Una enfermera, junto a un paciente en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), durante la pandemia. / EPE
“Afortunadamente, en el 90% de los casos, no pasa nada, pero si algún paciente coge la forma grave de la enfermedad, acaba en el hospital“, indica Antoni Trilla. Ante este escenario, afirma, hay dos modos de proceder: primero, se deben cambiar un poco los patrones de diagnóstico y pensar que infecciones que no teníamos, ahora las podemos tener, y segundo, estar muy pendiente porque es un fenómeno mundial que hace que cada vez es más probable que aumente el ámbito de habitabilidad de determinados vectores. Hay que estar muy atentos de qué virus dan el salto de los animales al hombre”.
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