Petar Cikusa se incorporó este lunes a los entrenamientos con el Barça después de vivir una experiencia única con la selección española en los Juegos de París. El de Bordils no tuvo minutos y se quedó sin un bronce que sí tuvo otro suplente como Adrià Figueras, pero ha regresado encantado de la capital francesa.
El hispanoserbocroata ha analizado para SPORT lo mucho que ha vivido en menos de un año, desde su extraordinario encuentro el 13 de septiembre de 2023 en la pista del Montpellier cuando peor estaban las cosas hasta una actualidad que se presenta excitante y llena de retos ya con ficha del primer equipo.
No tendrá al lado a su hermano gemelo Djordje, quien hará una especie de ‘mili’ una temporada como cedido en el Montpellier antes de regresar en principio en 2025 para ocupar el puesto que deje vacante Melvyn Richardson. Por cierto, que este sábado en Nordhom podrían enfrentarse por primera vez los dos Cikusa.
Vaya dos meses llenos de emociones intensas, ¿no?
Ha sido tremendo. Primero ganamos la Champions, después fue muy bonito el Europeo Junior, porque lo gané con mi generación y encima recibir el MVP del torneo fue magnífico. Después vino la llamada de Jordi (Ribera). Ir a unos Juegos ha sido hacer realidad un sueño y ganar el bronce ha sido brutal.
No se lo dieron, pero ese bronce es también suyo.
Es que para mí estar ahí ya ha sido maravilloso. Yo entrenaba con ellos, los animaba y estaba ahí dando guerra desde fuera en cada partido. Lo dicho, estoy muy feliz.
La prueba es cómo corrió para abrazar a sus compañeros nada más ganar el bronce…
Cada partido fue un sufrimiento como se pudo ver y lo del bronce ya fue el no va más. Celebrarlo con ellos también fue muy bonito.
¿Está agradecido a Jordi Ribera?
Sí, claro. Como siempre que me ha llamado, lo primero es darle las gracias por hacerme disfrutar de esta experiencia. Ha sido un sueño y lo seguirá siendo cada vez que vuelva.
¿Tiene claro que en 2028 en Los Ángeles quiere estar en la pista?
Claro. Después de ser reserva en París mucha gente me dice que tengo que estar ahí en 2028. Por trabajo no va a quedar, pero falta mucho. Si todo va bien y estoy en los próximos Juegos, pues perfecto.
¿Cómo afronta su primera temporada en el primer equipo?
Ya tengo la ficha, pero me la planteo igual, sufriendo en cada entrenando para seguir mejorando. Soy joven y seguiré apretando cada día para intentar estar al máximo.
No ha pasado ni un año del partido famoso de Montpellier. ¿Cómo le cambió la vida?
Te lo resumo en una frase. De que nadie supiese quién era a que la gente empezase a decir mi nombre.
A veces olvidamos que a los Cikusa esto les pasó con 17 años. No debe ser fácil…
No es nada fácil de gestionar. Al principio no sabía qué hacer ni dónde estaba, aunque he intentado estar tranquilo y centrado en el día a día.
¿Le ha ayudado su padre Zoran?
Mucho. Él fue jugador, sabe cómo van estas cosas y siempre ha estado ahí apoyándonos, diciéndonos lo que tenemos que hacer y lo que no.
Lo más difícil es bajar de la nube a un niño (ya tiene 18 años)…
Al principio todo fue muy rápido y estar un poco en las nubes hasta me vino bien, porque es muy fuerte debutar así en Champions. Después pasó el tiempo, ves que eso es pasado y hay que seguir trabajando.
¿Cómo asume alguien tan joven que le digan que es el futuro?
Mi hermano y yo siempre hemos dicho que estamos aquí para ayudar al Barça y a la selección. Para lo que haga falta. También hemos intentado relativizarlo todo un poco.
¿Siente la confianza de Carlos Ortega pese a alguna ‘bronca’?
Entre entrenador y jugador siempre hay un poco de pique (sonríe), pero la relación que tenemos es muy buena, siento su confianza desde el primer día y me está ayudando muchísimo. Él también fue jugador y es padre de un amigo mío (Manuel, jugador del filial).
¿Pero no le asusta nada?
Bueno, obviamente nervios hay siempre, pero ya los voy dejando fuera de la pista y no me vuelvo loco.
¿En qué cree que tiene más margen de mejora?
En el físico, porque ponerme fuerte es muy importante. El objetivo es coger unos kilos y tener un poco más de velocidad. También tener un poco más de confianza en mí mismo y no pensar en lo que digan.
¿Cómo se portan con usted los ‘pesos pesados’ del equipo?
Mira, Dika (Mem) y Gonzalo han sido como dos padres para mí y para mi hermano. Es una locura. Son los mejores del mundo y siempre han estado ahí para ayudarnos.
¿Qué espera a nivel personal de esta temporada?
Pues seguir trabajando, entrenar incluso más fuerte, intentar ganar algo de peso y seguir creciendo como jugador. Jugar bien y cometer menos errores. Para eso tengo la confianza de todo el mundo.
¿En quién se fija más?
Ahora me fijo mucho en Domen (Makuc). Los dos somos balcánicos y me ayuda siempre. Ahora que por fin está recuperado ya puedo entrenar con él y sobre todo aprender de él. Él sigue siendo joven, tiene 24 años y para mí es un referente además de Dika y de Gonzalo, que son una pasada los dos.
¿Qué tal le va a su hermano?
Bien. Ha estado un poco jodido de la pierna, pero ya está bien.
El sábado en Nordhom podría ser la primera vez que se enfrentan, ¿no?
Sí. Quitando en los entrenamientos siempre hemos jugado juntos. Si estamos los dos en el partido, será una experiencia nueva.
Acabe con un mensaje para la afición.
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¿A los culés? Pues que muchas gracias por lo que hicieron por nosotros la temporada pasada. Este año esperamos más de ellos y que venga más gente a vernos, porque va a ser muy duro y los necesitaremos.
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