Destinar un material al contenedor correcto es tan importante como el hecho en sí de reciclar. No obstante, hay algunos materiales que no son posibles de reciclar, complicando su disposición. El aluminio es uno de los elementos que más se depositan de manera errónea. De hecho, más del doble de los artículos de aluminio son lanzados al contendor gris.
En realidad, los productos de aluminio se deben tirar al contenedor de color amarillo. Depositar en el lugar equivocado este material no solo puede causar daños en la clasificación de los materiales, también impide que estos artículos sigan siendo reutilizables, convirtiéndose contaminante. Al lanzar objetos fabricados con este metal al contenedor erróneo, se vuelven imposibles de reciclar.
En cambio, si lanzas un artículo de aluminio al contenedor amarillo, este será reciclable en un 99% de oportunidades. Según las cifras de ARPAL, una asociación sin fines de lucro que promueve el reciclado y recuperación del aluminio, se recogieron 19.200 toneladas de este material en el contenedor amarillo, que es el adecuado.
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Sin embargo, se recolectaron hasta 39.8000 toneladas en los contenedores grises. Afortunadamente, en términos de reciclaje de aluminio, en los últimos años España ha conseguido de aumentar del 57% (2021) al 60%. Esta cifra cumple con la Directiva Europea 2018/852, que establecía que en 2025 debía reciclarse el 50% del aluminio desechado y en 2030, debía incrementar hasta el 60%.
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