Desde su aterrizaje y el arranque de la pretemporada el pasado 10 de julio, Hansi Flick ha mantenido un perfil bastante diferente de puertas hacia afuera con respecto a dentro del vestuario. Con dificultades todavía (lógico) con el castellano, el entrenador germano se ha ido apoyando en Thiago Alcántara y ahora con sus ayudantes que controlan más el idioma (José Ramón de la Fuente, Heiko Westermann y ahora Arnau Blanco) para las comunicaciones específicas con sus futbolistas.
Pero lejos de que eso suponga una barrera a nivel de contacto y de cercanía con sus hombres, Hansi se ha mostrado muy cálido y pendiente de todos ellos de forma individualizada. De hecho, hasta sorprende viéndolo en rueda de prensa y dirigir al equipo en la banda porque lo que ‘trasciende’ quizás es todo lo contrario.
EL ABRAZO CON LAMINE YAMAL
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El otro día, en su estreno oficial con su nuevo equipo, vimos ya una versión muy cercana del teutón con sus futbolistas. Una imagen en concreto abrazando en pleno partido a Lamine Yamal se hizo viral. Consciente de lo que ha pasado estos días el extremo azulgrana, Flick quiso arroparlo. También vimos gestos con Raphinha de afecto y de calidez.
Desde el vestuario del primer equipo barcelonista, nos llega, efectivamente, que Hansi es un entrenador muy cercano al jugador. A lo largo de la pretemporada ha sido muy intenso en charlas individualizadas, en escuchar las sensaciones de los canteranos. Hemos visto conversaciones intensas con Lewandowski, con Gündogan. Con Ter Stegen, convertido ahora junto a Lewy en una de sus extensiones en el campo. También para el asunto de dar indicaciones y ayudar en la traducción en el caso del arquero.
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DISCIPLINA, IMPLICACIÓN Y ORDEN
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Alejado de ese ‘aura’ de sargento, Hansi si tiene que alzar la voz lo hará, pero para nada entra en su ‘modus operandi’ habitual. Disciplina y trabajo diario, sí. Puntualidad e implicación por bandera. Pero esa rigidez en cuanto a normas y reglas internas para nada la ‘arrastra’ en el trato con el vestuario. Nada que ver.
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