El Athletic no pudo pasar del empate en el regreso de Nico Williams a San Mamés. Si alguno esperaba que la afición ‘athleticzale’ le recibiera con el cuchillo entre los dientes, deberá seguir esperando. Recibido como a un hijo que regresa a casa, el pequeño de los hermanos fue ovacionado por todo lo alto en un día señalado en el calendario en el mercado de fichajes.
[–>Eso sí, Nico no pudo evitar que su equipo se quedara con un solo punto en un partido donde, quizás, el Getafe mereció algo más por ocasiones. El flamante campeón de la Eurocopa apareció en la segunda mitad para salvar a su equipo. Pero no hubo forma. Bordalás, con tres ‘cañas’, es mucho Bordalás.
La nueva temporada no tenía mejor escenario que La Catedral del fútbol para estrenarse, aunque en Bilbao se haya hablado muchísimo más de Nico Williams que del duelo ante el Getafe. Con este contexto, al cuadro de Ernesto Valverde le costó coger temperatura, ante un cuadro azulón que se mostró algo más ofensivo que lo que su alineación anunciaba en un principio.
Mucho más del Getafe
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De hecho, fueron los madrileños los que tuvieron las ocasiones más claras del primer tiempo, sobre todo en las botas de un Carles Pérez que cuando medio encaró portería no tuvo ninguna duda. Sin embargo, la pegada estaba del lado del Athletic. Y es que Sancet, que apenas había intervenido en todo el partido, cazó un balón en la frontal, lo acomodó a su pierna derecha y la puso donde David Soria no podía llegar ni por asomo. Primera ocasión, primer remate y primer tiro a puerta y el cuadro de Valverde ya iba ganando el partido.
Tras ello, la primera mitad no ofreció demasiado más. Carles Pérez continuó siendo lo más peligroso en las filas del Getafe, mientras que el Athletic, casi sin hacer mucho, pudo poner el 2-0 con un disparo de Iñaki Williams con la izquierda que se fue por nada.
En la reanudación, continuó el Getafe avisando con un disparo a la madera de Peter Federico y un mano a mano de Aleñá que Padilla sacó ‘in extremis’ con un paradón. Pero tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. En jugada de estrategia, Uche, al que Bordalás se ha inventado de delantero cuando lo firmó siendo pivote, saltó más que nadie y cabeceó a la red para empatar el duelo.
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Al Athletic le tocaba mover sus piezas. Y Ernesto Valverde tenía su as en la manga en el banquillo. Minutos después del gol, Nico Williams tenía ganas de decir la suya. Se llevó la ovación de todo San Mamés y salió a comerse el césped. Suyas fueron las jugadas más peligrosas del cuadro vasco en el segundo tiempo. Sin embargo, no pudo evitar un empate que le sabe a poco a su equipo. Nico Williams volvió a casa… y San Mamés le abrazó como a un hijo.
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