El ex jugador del PSG debutó con el Real Madrid siete años después de los primeros rumores y noticias que lo vinculaban con el club blanco. El estreno fue positivo porque marcó un gol y pudo celebrar un título pero las sensaciones futbolísticas no fueron las esperadas.
Había expectación para saber como encajaría Carlo Ancelotti al fichaje estrella de la temporada del Real Madrid. El técnico italiano optó por un 4-3-3 en el que Rodrygo ejercía de ‘7’, Vinicius se movió como extremo izquierdo y Mbappé ejercía de delantero centro. Era un esquema alejado de la rigidez en el que en la fase defensiva Vini y Mbappé quedaban descolgados arriba y Rodrygo y Bellingham echaban una mano a Valverde y Tchouameni en el centro del campo.
Un gol para endulzar el debut
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Al delantero francés se le vio todavía falto de ritmo y chispa, pero con ganas de intervenir y buscar asociarse con sus compañeros de ataque Vinicius y Rodrygo. La Atalanta desconectó al francés que en la reanudación buscó moverse más y caer a la banda izquierda. Curiosamente, cuando regresó al eje del ataque pudo marcar el 2-0 en un ataque trabajado de los blancos. Mbappé se soltó y pudo celebrar su primer gol y un título, aunque las sensaciones que exhibió en Polonia están muy lejos de las que se exige a un crack.
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“No tenemos límites”
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El francés se mostró satisfecho por su estreno de blanco: “Esperaba este momento desde hacía mucho tiempo, tenemos que ganar siempre, estoy muy feliz. Aquí tenemos a los mejores jugadores en todas en las posiciones, seguro que vamos a mejorar, yo el primero. No tememos límite de goles, somos el real Madrid, lo importante es ganar”.
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