Real Madrid y Atalanta buscan suceder al Manchester City, el último campeón de la Supercopa de Europa. La última vez que el conjunto blanco se alzó con este título fue en el 2022 mientras que los de Bérgamo es la primera vez que optan a conquistar este torneo.
Kilian Mbappé ha debutado, por fin, con el Real Madrid. Atrás han quedado siete años de rumores y noticias insistentes en las que el jugador francés era relacionado un día si otro también con el conjunto blanco. Es, sin duda, el culebrón futbolístico más grande de la historia del fútbol.
Seguirán habiendo ‘folletines’ inacabables sobre fichajes, idas y venidas con cambios de guion pero la pesadilla de tener que estar siete años leyendo, escuchando y viendo que Mbappé sería del Real Madrid ya ha acabado.
Veremos si su rendimiento está a la altura de las expectativas creadas. La primera propuesta de Ancelotti es situar a Rodrygo y Vinicius de extremos y mbappé de delantero centro. El francés tiene libertad para moverse.
Fue un fichaje multimillonario y no ha demostrado que lo que costó esté en consecuencia con su rendimiento. Aurelien Tchuamenio es un buen mediocentro pero está lejos de ser un jugador que marque las diferencias. Es un buen complemento pero está años luz de ser un crack. Sus errores le han podido costar caro.
Los de Bérgamo son los invitados de piedra a una final con el favoritismo total del Real Madrid neogaláctico. Los italianos están intentando plantar cara y competirle a un Real Madrid muy superior en cuanto a calidad individual. Acabarán perdiendo pero jugar una final con personalidad es meritorio. Gasperini es muy listo y su planteamiento no es tan ‘kamikaze’ como en otros partidos consciente de que con espacios Vini y Mbappé pueden ser letales. La medicina es tener más balón y no propiciar un ida y vuelta que sería muy perjudicial para los intereses de la Atalanta.
