Nadie esconde en el PP la alegría que se respira en la formación tras las elecciones catalanas, donde han logrado quintuplicar sus escaños actuales de la mano del candidato Alejandro Fernández. Pese a las dudas iniciales en Génova respecto a su candidatura -y las incógnitas que sigue habiendo ante su posible postulación en el próximo Congreso del PPC-, Fernández se ha anotado un importante tanto que le asegura, de momento, su liderazgo en Cataluña.
A su partido atribuye, por ejemplo, que el independentismo no sume mayoría en la Cámara. Pese a que este mérito algunos se lo otorgan a los ganadores, los socialistas, y a su política de apaciguamiento con los partidos soberanistas, tanto Fernández como el presidente del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo, coinciden en que son responsables de este escenario.
La lectura que han hecho los populares de las elecciones ha dado pie a diferentes interpretaciones. Los dirigentes del PP en Cataluña han mantenido desde el primer día tras conocerse los resultados que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “sacrificaría” a Illa para darle el Govern a Carles Puigdemont (Junts) a cambio de mantenerse él en la Moncloa. El propio Feijóo lo dijo en varias ocasiones, pero el líder del partido conservador cambió su pronóstico y declaró, en una entrevista en Telecinco el lunes, que cree que el PSC buscará a sus aliados en ERC y no en los posconvergentes, y que, a su juicio, los socialistas están en “cómo torear a Junts”.
Así, el dirigente nacional reiteró la idea uniforme de que el Govern se decidiría en Madrid: “El PSC tiene un compromiso para intentar mantener la gobernabilidad de Sánchez”, pero descartó que fuera con Junts. “Eso pasa por darle el gobierno, o cogobierno, o la alianza de gobierno a ERC“, añadió, la única formación que cree que “está dispuesta“. De hecho, los socialistas ya han dicho públicamente que su prioridad es hacer un tripartito con Esquerra y los Comuns, y han descartado dar su apoyo a una eventual investidura de Puigdemont.
Pocas horas después de haber vaticinado este escenario, Dolors Montserrat, candidata a las elecciones europeas, ha ratificado este martes el discurso que siempre ha mantenido respecto a la futura gobernabilidad en Cataluña en un desayuno de La Razón: “Illa es una marioneta de Sánchez, tendrá que entregar la Generalitat a Puigdemont para que Sánchez se pueda mantener agonizando en la Moncloa”. Este relato, según fuentes del PPC, es el que se mantiene en el partido en Cataluña, aunque aseguran que no se verá ningún pacto hasta que pasen las elecciones europeas.
Sobre el análisis de los comicios catalanes, hace una semana Fernández sentenció que “el ‘procés’ se acabó”; y minutos más tarde Feijóo negó que el independentismo hubiera muerto tras las elecciones, alegando que Sánchez lo necesitaba vivo. El candidato catalán terminó matizando sus palabras y aseveró que los dos compartían la misma idea: “Los catalanes hemos votado finiquitar el proceso, pero es evidente que Sánchez, Illa y Puigdemont pretenden continuarlo”, dijo en X (antes Twitter).
Camino a las europeas
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Es cierto que el calendario lleva a que el escenario se despeje efectivamente después de las elecciones europeas, cuando los partidos deberán configurar la Mesa del Parlament. En ese momento, los primeros pactos entre ellos se harán públicos. El PP afronta los comicios europeos del 9 de junio como una segunda vuelta de las generales de 2023, donde a pesar de ganar en escaños y en votos, no pudo gobernar por falta de apoyos en la investidura de Feijóo.
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Con la oposición de la ley de amnistía como pilar del discurso contra Sánchez en Europa, la candidata Montserrat -política de confianza del presidente nacional, que ha estado pilotando la campaña de las elecciones catalanas- el partido aspira rematar este ciclo electoral con una victoria sobre el PSOE en España que avale su estrategia de oposición al Gobierno y le permitirá sostener el relato de que es la primera fuerza en el país, algo que servirá para allanar el camino de Feijóo hacía la Moncloa.