La Juventus amargó la fiesta al Bolonia, que no pudo celebrar con una victoria su clasificación, sesenta años después, para la Champions League. Empataron con tres goles en los últimos quince minutos un encuentro que los ‘rossoblu’ dieron por terminado antes de tiempo (3-3).
[–>Tal y como demostraron los cambios a falta de un cuarto de hora para la conclusión de Riccardo Calafiori y, sobre todo, del mediocentro suizo Remo Freuler, el jugador que sustenta con su visión táctica y despliegue físico el entramado defensivo de los de Thiago Motta.
Sin la presencia en el terreno de Freuler y de Calafiori el Bolonia permitió el resurgir de una Juventus que pasó de verse abocada a una contundente y dolorosa a derrota a firmar un inesperado empate que le permite seguir soñando con arrebatar a los ‘rossoblu’ la tercera plaza en la última jornada.
UNA DIFERENCIA ABISMAL
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Algo inimaginable tras los primeros once minutos del partido en los que el conjunto local no sólo se situó con una ventaja de 2-0, sino que desnudó todas las carencias de una ‘Vecchia Signora’ a la que de nada le sirvió la presencia en el banquillo del uruguayo Paolo Montero, que sustituyó al destituido Massimiliano Allegri, para desprenderse de la gris imagen que ha mostrado durante toda la temporada.
Ocasiones y más ocasiones que reflejaron mejor que nada la diferente intensidad de juego entre el conjunto local y una Juventus que sólo pudo respirar cuando el Bolonia bajó la intensidad de su presión.
Pero ni así lograron inquietar la portería rival los de Paolo Montero que cerraron la primera mitad sin lograr contabilizar ni un solo disparo entre los tres palos.
NO DEBIERON DARLES POR MUERTOS
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En la segunda mitad, un tanto con el que el cuadro ‘rossoblú’ y Thiago Motta, que suena con fuerza para ocupar la próxima campaña el banquillo del Juventus, parecieron dar por terminado el encuentro.
Error que el equipo turinés, con el que volvió a jugar Nicolò Fagioli tras cumplir los siete meses de sanción con los que fue castigado tras reconocer que había apostado en partidos de fútbol y otros deportes en plataformas ilegales, no les hizo tardar en pagar.
Si en el minuto 76, ya sin Freuler y Calafiori sobre el campo, Federico Chiesa no desaprovechó un error defensivo para firmar el 3-1 que abría una ligera esperanza a la Juventus, en el 83 el polaco Arkadiusz Milik hacía creer a los visitantes en la igualada tras marcar de falta el 3-2.
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Un empate que se encargó de sellar definitivamente un minutos más tarde el turco Kenan Yildiz que estableció en el 84 el definitivo 3-3 que aguó la fiesta a un Bolonia, que dio demasiado pronto por muerto a una Juventus, que no desaprovechó el regalo para resucitar.