Al igual que algunos comportamientos nos dicen cómo se encuentra nuestras mascotas, su cuerpo también habla. En el caso de los gatos uno de los síntomas físicos en los que más tenemos que fijarnos es en sus orejas.
Pero no siempre hay que alarmarse cuando tu felino tenga las orejas calientes, ya que puede tratarse de una temperatura normal o que se haya acercado a alguna fuente de calor. En estas ocasiones hay que intentar apartarlo de la zona cálida e intentar que beba mucha agua.
Entonces, ¿cuándo hay que preocuparse? Si después de un rato el estado de las orejas no cambia o si aparecen más síntomas como fiebre, es recomendable acudir a un veterinario para que diagnostique al animal. Además, también hay que poner atención a si el animal deja de comer o beber agua.
La temperatura normal de los gatos está entre los 38 y los 39,5ºC. Para medir la temperatura de todo el cuerpo de la mascota tiene que usar un termómetro, colocando vaselina en la punta e introduciéndolo vía rectal.
Si además de las orejas calientes, tu gato tiene fiebre y está enfermo, puedes encontrar también los diferentes síntomas:
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- Cansancio y aislamiento
- Nariz seca
- No quiere comer ni beber agua
- Maullidos tipo llanto o queja
- Pelo sin brillo y falta de acicalamiento
- Vómitos, diarrea o estreñimiento