No le tiembla el pulso a Eva Llorach al decir que tener ego no es tan malo para según qué cosas. O quizá lo que pasa, especula, es que en el caso de las mujeres se confunde rápidamente con soberbia. Desde el viernes pasado, la actriz murciana aparece en las pantallas de los cines en Disco, Ibiza, Locomía interpretando a Nieves, un personaje que creó con “libertad absoluta” junto a Kike Maíllo. Ella encarna la voz de la razón en medio de una lucha de egos –del mundo del espectáculo, para mayores tensiones– que, en la vida real aprende a gestionar “cada día”, tanto el suyo como el de los demás, para evitar los “terrenos pantanosos”. Adelanta, además, que en el horizonte tiene un proyecto ilusionante, de esos que hacen “más bonito el mundo”.
Aunque el pasado mes de marzo se pudo ver Disco, Ibiza, Locomía en el Festival de Málaga es ahora, como quien dice, cuando la película pasa a ser del público. ¿Cuáles fueron las primeras impresiones tras ese primer visionado? ¿Orgullo y ganas de mostrarla, o cautela?
Yo no pude estar en el festival, pero, por lo que sé, la película tuvo muy buena acogida y el público salió encantado de la proyección. Así que tengo muchas ganas de que la gente la vea. Pero… ¿cautela? ¡Ninguna! Imagino que los actores que interpretan a los integrantes de Locomía igual sí tienen algo de eso, por lo que puedan pensar ellos.
Háblenos, precisamente, de su personaje, preséntenos a la abogada que interpreta en Disco, Ibiza, Locomía.
Mi personaje se llama Nieves y es una abogada mediadora que interviene para que las dos partes, el grupo por un lado y el productor por otro, lleguen a un acuerdo. Hay que recordar que tuvieron muchos problemas de entendimiento…
A pesar de no ser parte del grupo, Nieves también está envuelta en ese mundo de color y música dance que acompañaba a Locomía, ¿cómo se preparó para afrontar este rol?
Toda la parte de la mediación y mi personaje están ficcionados, así que tuve libertad absoluta para crearla y hacer algo muy divertido porque el director, Kike Maíllo, me compró todo lo que le propuse. Tuve, además, el asesoramiento de mi cuñada, que es abogada mediadora desde hace muchos años y lleva el Servicio de Mediación Familiar de la Región de Murcia, así que introduje también elementos de la mediación que no estaban en el guión.
Antes de hacer esta película, ¿tenía algún hilo conector con la banda? ¿Recuerdos asociados o una curiosidad especial o, por el contrario, este papel le ha abierto las puertas de un capítulo del pop español que desconocía?
¡Claro! Recuerdo perfectamente cuando aparecieron, porque era algo muy diferente, con esos abanicos y esos trajes… Pero yo estaba en otra: era muy punk por aquellos primeros años de adolescencia.
Volviendo a su personaje, es la voz de la razón, un nexo de unión entre un grupo en crisis. ¿Fue fácil empatizar con su historia? ¿Habría actuado como ella de estar en ese entuerto en la vida real?
Cuando intervienes como mediadora en un conflicto no puedes (o no debes, más bien) empatizar con ninguna de las partes, al menos en público. Lógicamente, en privado es prácticamente imposible no empatizar, y al ser esto una comedia, eso se utiliza: ella no puede evitar que los chicos de Locomía le fascinen por todo lo que representan. Y yo…, tengo mi opinión personal, claro.
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Se lo pregunto porque fue el ego lo que dinamitó el grupo. Adentrarse en su historia, que es la de muchos artistas, ¿se vio desde el reparto como una posible moraleja? ¿Fue como echar un vistazo a un posible abismo?
Efectivamente fue el ego, pero también la necesidad de tomar las riendas de un proyecto que tú has creado, de poder ser tú mismo y no esconder tu propia identidad en beneficio de lo que la industria requiere de ti. En realidad, en la película se tocan temas muy interesantes, pero todo desde la comedia más absoluta: hay muchas risas y eso es lo más poderoso.
El mundo del espectáculo, del arte, a pesar de todas las maravillas que ofrece, está muy movido por egos. ¿Cómo se aprende a gestionar eso, tanto en las actitudes de otras personas como los sentimientos que puedan aflorar en uno mismo?
Es algo que está muy presente en el mundo artístico, sí, pero creo que también dentro de cualquier empresa. Me parece que saber gestionar tu ego y comprender el del resto es la mejor manera de afrontar la vida, a mí personalmente me parece fascinante y aprendo cada día cómo funcionan las personas. Dentro de un rodaje, por ejemplo, que es un grupo de personas trabajando con un fin común y con visiones que por lo general se han puesto de acuerdo previamente, pero que se pueden descompensar, hay que estar muy atento a esas cosas. Yo aprendo cada día, de mí misma y de los demás, a cómo gestionarme cuando siento que estoy entrando en terreno pantanoso. Y también echo mano, a veces, de algo muy socorrido que es… hacerme la tonta, no sabes lo bien que funciona eso…
¿Se tolera más a un hombre con ego que a una mujer con ego?
¿Tú qué crees? [Risas] Poco hay que decir sobre esto, ¿no? Ya sabemos que a una mujer con seguridad en sí misma se la toma por prepotente, por soberbia. También habría que definir lo que es tener ego, porque yo creo que es buenísimo, dentro de un orden, ponerte por encima de los demás.
No será este su único estreno de este año: en verano llega a los cines Un lugar común, de la que aún se sabe muy poco, pero que protagoniza. ¿Qué nos puede adelantar de este largometraje?
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Un lugar común, sí… Te puedo adelantar que creo que es uno de los personajes de mi vida. Es un papel protagonista maravilloso, que es un homenaje a todas las mujeres de mi familia. Bueno, y a todas las mujeres, en general. Y es una comedia muy divertida y muy tierna. Estoy deseando que se estrene, porque creo sinceramente que es de esas películas que hacen más bonito el mundo. Es fuerte decir esto, pero lo creo de verdad; cuando la ves, sales muy emocionado del cine. Pero eso será en agosto y volveremos a hablar de ello, ahora… ¡al cine a ver Disco, Ibiza, Locomía y a reírse mucho. Y a bailar, que hay mucha música y… ¡muchas cosas más!