El Pacífico norte ha experimentado en la segunda década de este siglo múltiples olas de calor, que han provocado, entre otros efectos, la muerte de peces, la proliferación de algas tóxicas y la desaparición de ballenas. Estas olas de calor se han atribuido generalmente al calentamiento global, pero hasta la fecha, ninguna investigación había podido determinar con precisión cómo el aumento de las temperaturas podría causar incrementos tan repentinos y variables en una parte específica del planeta.
Ahora, un equipo internacional de científicos ha llegado a una conclusión sorprendente: esas olas de calor pueden deberse a la gran reducción de los aerosoles emitidos por las fábricas en China.
Los investigadores observaron que entre 2010 y 2020 se registraron las temperaturas superficiales del mar del Pacífico nororiental más cálidas jamás registradas, con varios eventos prolongados de calentamiento extremo de los océanos. Y aunque la variabilidad climática interna de un año a otro podría explicar parcialmente la aparición de estos eventos, seguía siendo difícil comprender por qué ocurrieron con una frecuencia dramáticamente mayor.
“Descubrimos que la rápida reducción de los aerosoles en China desencadena anomalías en la circulación atmosférica más allá de su región de origen, lo que genera un calentamiento medio sustancial de la superficie del mar del Pacífico nororiental, lo que, a su vez, proporciona una condición favorable para eventos extremos de calentamiento de los océanos“, señalan los autores del estudio.
“Nuestros hallazgos proporcionan una visión importante de los mecanismos de los cambios en la atmósfera del océano del Pacífico Norte, destacando la necesidad de considerar los riesgos exacerbados que surgen de una reducción de las emisiones antropogénicas de aerosoles en la evaluación de los impactos del cambio climático“, añaden.
Los aerosoles actúan como espejos
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El equipo investigador, integrado por oceanógrafos y científicos planetarios de la Universidad Oceánica de China, en colaboración con dos colegas de Estados Unidos y uno de Alemania, ha publicado sus descubrimientos en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.
El grupo describe cómo utilizaron varios modelos climáticos y diversos factores que les permitieron encontrar patrones que podrían estar relacionados con la reducción de aerosoles emitidos a la atmósfera por China.
Los resultados del estudio muestran que el inicio de las olas de calor parecía seguir los esfuerzos exitosos del gobierno chino para reducir las emisiones de aerosoles de las fábricas del país. Alrededor de 2010, las fábricas y plantas generadoras de energía en China comenzaron a reducir drásticamente las emisiones de aerosoles como el sulfato, lo que resultó en un aire mucho más limpio.
Los autores observaron que los aerosoles pueden actuar como espejos flotando en el aire, reflejando el calor del sol de regreso al espacio. Además, investigaciones anteriores habían sugerido que las reducciones masivas de aerosoles en un lugar podrían llevar al calentamiento en otros puntos.
Con todo ello, se preguntaron si las reducciones de aerosoles en China podrían estar influyendo en las olas de calor que comenzaron a ocurrir en el Pacífico norte. Y su pusieron manos a la obra.
Para descubrir si ese podría ser el caso, el equipo recopiló datos y los ingresó en 12 modelos climáticos informáticos diferentes. Los ejecutaron bajo dos condiciones: una en la que las emisiones del este de Asia permanecían como estuvieron durante décadas anteriores y otra en la que disminuían como lo habían hecho en la realidad.
Eventos de burbujas calientes
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Los investigadores descubrieron que los modelos sin declives en las emisiones de aerosoles no causaron muchos cambios en otros lugares, mientras que aquellos en los que sí disminuían mostraron olas de calor en la parte noreste del Océano Pacífico.
Los modelos también revelaron por qué: a medida que se reflejaba menos calor hacia el espacio sobre China, comenzó el calentamiento de las regiones costeras de Asia, lo que provocó el desarrollo de sistemas de alta presión. Esto, a su vez, hizo que los sistemas de baja presión en el Pacífico medio fueran más intensos.
Y eso provocó que la Baja Aleutiana (aparición de bajas presiones en el Pacífico) se intensificara y se moviera hacia el Sur, lo que debilitó los vientos del Oeste que normalmente enfrían la superficie del mar. El resultado fueron condiciones más calurosas en el Pacífico norte.
“La anomalía de la circulación atmosférica asociada debilita los vientos climatológicos del oeste en el Pacífico norte y calienta allí la superficie del mar al suprimir el enfriamiento por evaporación”, explican los autores.
“El calentamiento medio de la superficie del mar del Pacífico norte inducido por aerosoles, junto con la variabilidad climática interna y el calentamiento inducido por los gases de efecto invernadero, hicieron que los eventos de burbujas cálidas fueran más frecuentes e intensos entre 2010 y 2020”, exponen.
“A medida que las emisiones antropogénicas de aerosoles sigan disminuyendo, es probable que haya un aumento en los eventos de burbujas calientes en el Pacífico norte, desproporcionadamente grandes más allá de los efectos radiativos directos”, concluyen los investigadores.
Informe de referencia: https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2313797121
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